Un día cansado

Como todos los días nos levantamos cepillamos los dientes y desayunamos. Después de nos vestirnos decidimos ir a la Playa Puerto Cruz, que es un poco lejos de nuestro, pero acreditamos que el esfuerzo para ir seria justificado.

Salimos del hotel a las 9:00 y llegamos a playa solamente a las 11:00. Fue difícil encontrar un local para nosotros restar sin sernos atacados por el viento. Después de procurar por cerca de diez minutos encontramos un pequeño espacio donde conseguimos colocar unas sillas, pero estábamos un poco lejos del agua.

Luciana, Danilo e Alex fueran dar un buceo en el mar, cuando yo fui subir la montaña acerca de la playa. Demoraran cerca de quince minutos para llegar en el topo. La vista era maravillosa. Del alto yo pudiera ver mis amigos nadando. Quedé allí por una hora, solamente restando y decidí bajar la montaña.

Llegué donde estaban nuestras sillas y logo después los otros llegaran. Enseguida fuimos almorzar en una tienda acerca de la playa. Los precios fueran muy buenos considerando la calidad de la comida. Nosotros comemos arepas rellenas con carne bovina, tocino, tomatillo y cebolla, ellas estaban muy buenas y fueran solamente cinco dólares cada.

Después de comernos fuimos directo al hotel. Salimos de la playa las 14:30 y llegamos en el hotel as 17:00, estaba muy tránsito en el trayecto de vuelta.

Sabiendo que hoy sería el último día que pasaríamos en la isla yo quería aprovechar el máximo posible, pero los otros estaban cansados y querían quedar en el hotel. Logo fui andar solo por el hotel. Se pasaran diez minutos y encontré Danilo. Aparentemente había dejado Luciana en el cuarto y fue me encontrar.

A las 21:00 fuimos en el bar del hotel y bebimos un poco y comimos unos salgados. Cerca de las 23:00 decidimos ir a nuestros cuartos, pagamos veinte dólares cada y nos acostarnos para la viaje del día siguiente.